En la sociedad actual, el ritmo de vida diario deja poco tiempo para la preparación tradicional de comidas, que junto a la falta de conocimientos básicos de cocina, ha hecho que aumente el consumo de alimentos elaborados y procesados.
Además, el gran desarrollo experimentado por la industria alimentaria ha aumentado la oferta de alimentos precocinados y platos preparados, haciendo posible una alimentación fácil y rápida, lo que está provocando cambios importantes en los hábitos alimentarios de la población.
¿Qué son los alimentos industriales?
Los alimentos industriales son aquellos que, en mayor o menor medida han sido sometidos a diferentes procesos de fabricación y elaboración, para que permanezcan en buen estado de conservación, aún después de un tiempo de ser producidos.
Por el contrario, los alimentos frescos (frutas, verduras, legumbres, pescado…), no son sometidos a estos procesos de fabricación.
¿Cómo está evolucionando?
La creciente oferta de alimentos de preparación rápida, refleja el cambio que las estructuras sociales y culturales están atravesando en muchos países industrializados.
Cada vez la gente tiene menos tiempo para cocinar, que junto a los constantes avances tecnológicos, hacen que las demandas de alimentos industriales evolucionen sin cesar.
En general, los alimentos industriales representan más de una cuarta parte del gasto en alimentación en los hogares españoles. En otros países europeos, como Gran Bretaña y Francia, el consumo de este tipo de alimentos es muy superior al que existe en la actualidad en España.
A pesar de todo esto, la sociedad es cada vez más consciente de la importancia de una dieta sana y un estilo de vida activo, exigiéndole a la industria alimentaria que mejore la calidad de los alimentos industriales y que etiquete con claridad su composición y valor nutritivo. De esta manera el consumidor podrá elegir de forma responsable los alimentos que componen su dieta y podrá seguir de forma cómoda una alimentación saludable.
¿Qué problemas presentan?
Este tipo de alimentos han facilitado la compra, el almacenamiento y la elaboración de alimentos. Sin embargo, surge la duda de si este tipo de alimentos tienen una composición nutricional adecuada para integrarlos en la dieta diaria.
El consumo de estos alimentos tiene una repercusión muy variable en la salud, ya que depende de la frecuencia de su consumo y del tipo de alimento que se trate:
- Las conservas (legumbres, verduras, pescado…) y los cereales de desayuno. Presentan una composición bastante saludable y únicamente se debe vigilar la calidad de los ingredientes de su composición (tipo de aceite, cantidad de azúcar, cantidad de sodio…). El mayor inconveniente que presentan las conservas es su alto contenido en sodio para el mantenimiento del alimento, siendo perjudicial para aquellas personas que presentan hipertensión.
- Salsas, postres lácteos, helados, bollería, pastelería, turrones, golosinas, dulces, snacks, refrescos… Estos alimentos suelen aportar muchas calorías, bastante grasa de baja calidad, exceso de azúcares y baja densidad de nutrientes. Es importante tomar estos alimentos de forma muy puntual, con el fin de llevar una dieta saludable.
- Alimentos precocinados (patatas fritas, Nuggets, san jacobos, delicias de pescado…). Por lo general, presentan una baja calidad nutricional, con el agravante de su preparación final por fritura (al estar rebozados absorben mucho aceite), lo que hace que se incremente su aporte calórico. Se recomienda moderar el consumo de estos productos en una alimentación equilibrada.
- Platos preparados. Existe mucha variedad en su composición nutricional en función de la composición de sus ingredientes. Además, no es fácil conocer la composición de muchos de estos productos por no especificar el tipo de ingrediente que se trata y carecer en muchos casos de información nutricional. La mayoría de estos productos presentan un valor calórico elevado, ricos en grasas (saturada y trans), aditivos, sal y azúcar. Por lo que su consumo debe ser ocasional.
¿Qué conclusiones sacamos?
Los alimentos industriales se deben tomar de forma puntual, ya que por regla general presentan un alto contenido calórico y además suelen ser ricos en grasa, azúcar y sal. Siempre debemos decantarnos por los productos frescos como son las frutas, las verduras, las legumbres, el pescado, la carne…
Es cierto que el estilo de vida actual de nuestra sociedad, está provocando un aumento importante en el consumo de estos productos industriales, afectando a la salud de las personas.
Debido a esta situación, se espera que en el futuro, la industria haga posible que la alimentación cómoda y rápida pueda formar parte de la dieta equilibrada y saludable.