¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es un síndrome caracterizado por dolor crónico generalizado y varios síntomas inespecíficos asociados como fatiga, trastornos del sueño, depresión, ansiedad y deterioro cognitivo.
Se requiere un enfoque multidimensional para tratar la fibromialgia, incluido el manejo del dolor, las terapias farmacológicas, la terapia conductual, la educación del paciente, el ejercicio y el enfoque nutricional, en el cual nos centraremos especialmente.
Causas de la fibromialgia
Se ha estudiado que la estimulación nerviosa repetida provoca cambios en el cerebro y en la médula espinal de las personas que padecen fibromialgia.
Este cambio se relaciona con un aumento de los niveles de ciertas sustancias químicas en el cerebro que como consecuencia transmiten señales de dolor.
Además, los receptores del dolor del cerebro desarrollan una memoria del dolor y esto provoca una hipersensibilidad, lo que significa que pueden reaccionar de manera desproporcionada ante las señales de dolor y de no dolor.
Hay muchas causas posibles que llevan a estos cambios, es decir, a desarrollar fibromialgia, destacan los siguientes:
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Genética: la fibromialgia suele ser hereditaria, por lo que podría haber mutaciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar este trastorno.
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Otras patologías: algunas enfermedades pueden desencadenar o agravar la fibromialgia.
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Sucesos físicos o emocionales: la fibromialgia puede desencadenarse por un suceso físico, como un accidente automovilístico. El estrés psicológico o la depresión también puede provocar esta enfermedad.
Factores de riesgo en la fibromialgia
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El sexo: la fibromialgia se diagnostica con mucha más frecuencia en mujeres que en hombres.
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Antecedentes familiares: es más probable que sufras de fibromialgia si un familiar de primer grado la ha padecido.
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Otros trastornos: si tienes osteoartritis, artritis reumatoide o lupus, pueden aumentar tus posibilidades de tener fibromialgia.
Diagnóstico de la fibromialgia
Hasta la fecha, existe todavía una controversia considerable sobre la evaluación y el diagnóstico de la fibromialgia.
A pesar de los avances en la comprensión del proceso patológico, la fibromialgia permanece sin diagnosticar hasta en el 75% de las personas con la afección.
Actualmente la forma de diagnóstico principal para detectar la fibromialgia, es la detección de dolor generalizado en todo el cuerpo durante al menos tres meses.
Para diagnosticar fibromialgia debe manifestarse dolor en cuatro de estas cinco zonas:
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Región superior izquierda, incluidos el hombro, el brazo o la mandíbula.
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Región superior derecha, incluidos el hombro, el brazo o la mandíbula.
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Región inferior izquierda, incluidos la cadera, el glúteo o la pierna.
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Región inferior derecha, incluidos la cadera, el glúteo o la pierna.
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Región axial, que incluye el cuello, la espalda, el pecho o el abdomen.
Tratamiento para la fibromialgia
Tenemos dos corrientes principales de tratamiento: la farmacológica y la no farmacológica. Lo más beneficioso en pacientes de fibromialgia es la combinación de ambas.
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos pueden ayudar a reducir el dolor de la fibromialgia y a reducir los síntomas de esta patología, los más comunes en la fibromialgia son:
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Analgésicos: Para aliviar el dolor de los pacientes.
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Antidepresivos: Pueden ayudar a aliviar el dolor y la fatiga (síntomas comunes en fibromialgia).
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Medicamentos anticonvulsivos: son fármacos diseñados para tratar la epilepsia y ayudar a disminuir dolor. Puden reducir sintomatología en la fibromialgia.
Tratamiento no farmacológico
Existen varios tratamientos además de los farmacológicos que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes con fibromialgia, los más destacados son los siguientes:
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Alimentación: Una dieta adecuada y bien guiada es fundamental para tratar la fibromialgia.
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Fisioterapia: Muy útil para mejorar tu flexibilidad y tu resistencia y ayudar a mejorar la movilidad de los pacientes.
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Asesoramiento psicológico: Puede ayudar a los pacientes a llevar de la mejor forma posible la patología.
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Ejercicio: Es eficaz para mejorar el dolor, la rigidez, la fuerza muscular y el bienestar general en pacientes con fibromialgia.
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Acupuntura: Se emplea principalmente para reducir el dolor en la patología.
Opciones nutricionales para la fibromialgia
Existen diversas estrategias dietéticas para abordar la fibromialgia y nosotros nos vamos a centrar en tres tipos de dietas, siendo estas las más recomendadas:
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Dieta sin glutamato ni aspartamo
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Dieta sin gluten
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Dieta vegana y vegetariana
Dieta sin glutamato monosódico ni aspartamo para la fibromialgia.
Múltiples estudios han demostrado un vínculo entre el glutamato y la aparición de dolor.
Desde una perspectiva dietética, el glutamato es uno de los dos aminoácidos no esenciales cargados negativamente (glutamato y aspartato) en la dieta, que también funcionan como neurotransmisores excitadores.
El glutamato y el aspartato nos lo podemos encontrar en la dieta de 2 formas: en formas libres o en fomas ligadas.
Las formas ligadas incluyen fuentes de proteínas como la carne, el pescado o los huevos donde los aminoácidos se liberan lentamente a la circulación durante el proceso digestivo, por lo que estas fuentes de proteínas si están recomendadas en esta dieta ya que al no aumentar excesivamente las concentraciones plasmáticas de estos aminoácidos no provocan excitabilidad.
Por el contrario, las formas libres de estos aminoácidos se encuentran en la dieta como aditivos alimentarios (como el glutamato monosódico, proteína hidrolizada, aislados / concentrados de proteínas, extracto de levadura, aspartamo) así como en productos alimenticios específicos como salsa de soja, salsas de pescado y quesos curados como queso cheddar fuerte y parmesano.
Estas formas libres provocan concentraciones plasmáticas más altas, las cuales podrían provocar una excitación anormal en el SNP y empeorar los síntomas de la fibromialgia, por lo que debemos evitarlas.
Factores nutricionales que favorecen la excitotoxidad
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Niveles bajos de magnesio y zinc (alimentos ricos en estos minerales serían las ostras, las carnes rojas, las almejas, los frutos secos. los garbanzos…).
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La deficiencia de vitamina B6 está asociada a un incremento de la excitotoxicidad (alimentos que nos aportan esta vitamina serían el salmón, la patata, las avellanas, los plátanos…).
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Deficiencia de ácidos grasos omega-3 (alimentos con un alto contenido en omega-3 serían el salmón, la caballa, el atún, las sardinas, las nueces…).
Existe una base científica de como las excitotoxinas pueden favorecer la aparición de síntomas en la fibromialgia. La baja ingesta de ácidos grasos omega-3, vitamina B6, magnesio, zinc y antioxidantes también puede desempeñar un papel de apoyo en la aparición de síntomas.
Por lo que una buena intervención dietética sería esencial para eliminar estas excitotoxinas, mediante un correcto consumo de los nutrientes que hemos visto que pueden favorecer esta patología.
Aditivos que debemos evitar en una dieta sin excitotoxinas
Para eliminar la exposición a las excitotoxinas, se debe evitar por completo de la dieta una serie de procesados y aditivos. A continuación veremos una lista de los principales:
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Aditivos como el glutamato monosódico o el aspartamo.
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Proteínas alteradas (como gelatina, proteína hidrolizada, extracto de levadura, concentrados de proteína y aislados de proteína).
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Salsa de soja.
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Salsas de pescado.
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Quesos como el parmesano.
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Refrescos edulcorados.
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Chicles y caramelos.
Por otro lado, se debe tener especial cuidado al seleccionar elementos como yogur, cereales y pan, ya que actualmente se les están agregando edulcorantes artificiales a muchos alimentos, siendo cientos de veces más dulces que el azúcar.
Dieta libre de gluten para la fibromialgia
El concepto de sensibilidad al gluten no celíaca surge de las observaciones clínicas de pacientes cuyos síntomas mejoran o se resuelven claramente con una dieta libre de gluten a pesar de que se ha descartado la celiaquía.
La sensibilidad al gluten no celíaca se incluye actualmente en el concepto más amplio de trastornos relacionados con el gluten.
Este tipo de intervención dietética se basa en la mayor susceptibilidad a múltiples trastornos de sensibilidad química y la hipersensibilidad a los componentes de los alimentos en la fibromialgia, especialmente aquellos que presentan problemas gastrointestinales.
Esta dieta no lleva a cabo ninguna restricción calórica, la eliminación del gluten es la única restricción que presenta.
El gluten es una proteína cuyo origen se encuenta en una serie de cereales específicos: como el trigo, la cebada, el centeno y trazas de avena.
Sin embargo, se ha convertido en un ingrediente ampliamente utilizado en la industria alimentaria, a través de la amplia gama de productos que contienen gluten.
Muchos productos procesados incluyen conservantes, espesantes, colorantes y aromatizantes, que son derivados de cereales como el trigo.
Se recomienda el consumo de alimentos naturales y frescos que no contengan gluten.
Como conclusión se puede lograr una mejora clínica notable con una dieta sin gluten en pacientes con fibromialgia, incluso si se ha descartado la enfermedad celiaca, lo que sugiere que la sensibilidad al gluten no celíaca puede ser una causa tratable subyacente del síndrome de fibromialgia.
A pesar de esto, hay que tener en cuenta que se han realizado escasas investigaciones a este nivel y se necesitan más estudios.
¿Qué debemos evitar en una dieta sin gluten?
En este tipo de dieta lo más importante es evitar los cereales que contienen gluten, estos son los siguientes:
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Trigo
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Cebada
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Centeno
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Triticale (un cruzamiento entre el trigo y el centeno)
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La avena no contiene gluten, sin embargo, a menudo existe contaminación cruzada durante la producción, por lo que debemos asegurarnos de que en su etiquetado se especifique que está libre de gluten.
Alimentos a evitar en una dieta sin gluten
Como os hemos comentado anteriormente existen muchos productos que contienen gluten y debemos asegurarnos de que en su etiquetado estén libres de los cereales que os hemos explicado. Aquí os dejamos una lista alimentos que suelen contener gluten.
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Cervezas.
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Panes.
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Pastas (macarrones, lasaña, espaguetis…).
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Cereales de desayuno con gluten.
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Algunos procesados pueden contener gluten: carnes procesadas, aderezos para ensalada, salsas, incluida la salsa soja (trigo), sopas o caldos, verduras en salsa, galletas dulces y saladas.
Dieta vegetariana y vegana para la fibromialgia
Una dieta rica en antioxidantes basada en vegetales (dieta vegetariana y vegana) puede ayudar a aliviar los síntomas de la fibromialgia.
Las dietas a base de plantas se caracterizan por niveles más bajos de grasas saturadas, colesterol y un mejor control de la glucosa.
Además, la ingesta alta de alimentos vegetales y baja en alimentos animales proporcionan fibra, magnesio, potasio, boro, ácido fólico y antioxidantes como las vitaminas C y E, carotenoides y fitoquímicos.
Sin embargo, las dietas veganas pueden tener deficiencias de algunas vitaminas, especialmente de la B12, la cual proviene de alimentos de origen animal, por lo que deberíamos suplementarla si vamos a seguir esta dieta.
Alimentos permitidos en una dieta vegana
En este tipo de dieta se pueden consumir todos los alimentos que no sean ni animales ni de origen animal:
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Todas la frutas y verduras
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Legumbres
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Todo tipo de cereales (trigo, arroz, avena, centeno, espelta…).
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Frutos secos y semillas.
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Carnes vegetales (seitán, tofu…)
Alimentos restringidos en una dieta vegana
Los alimentos que tenemos que evitar en la dieta vegana son todos los que sean animales o provengan de ellos:
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Todo tipo de carnes (ternera, cerdo, pollo…)
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Pescados, tanto blancos (lubina, dorada…) como azules (salmón, atún…)
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Mariscos (almejas, langostinos, gambas…)
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Lácteos (leche, queso o mantequilla)
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Huevos
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Miel
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Otros productos de origen animal (proteína de suero de leche, gelatinas…)
Alimentos permitidos en una dieta vegetariana
En este tipo de dieta se pueden consumir todos los alimentos de la dieta vegana, incluyendo también todo tipo de alimentos de origen animal, aquí os dejamos una lista:
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Huevos
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Lácteos (queso, leche, yogur…)
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Miel
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Frutas y verduras
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Legumbres
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Cereales (trigo, arroz, avena, centeno, espelta…)
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Frutos secos y semillas
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Carnes vegetales (seitán, tofu…)
Alimentos restringidos en una dieta vegetariana
Los alimentos que no se pueden tomar en una dieta vegetariana son los animales, los cuales agrupamos en tres grupos:
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Carnes (Conejo, buey, pollo…)
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Pescados, tanto blancos (lubina, dorada…) como azules (salmón, sardinas…)
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Mariscos (ostras, mejillones, gambas…)
Beneficios de las dietas veganas y vegetarianas
Una dieta mayoritariamente vegetal mejora parámetros bioquímicos como colesterol total, peroxidasas y fibrinógeno, peso corporal, calidad de vida, dolor en reposo, así como otros síntomas de la fibromialgia y su impacto en la salud.
Las dietas vegetarianas y veganas aportan altos niveles de nutrientes como fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Por lo que aportan propiedades antinflamatorias muy interesantes para la reducción de los síntomas de la fibromialgia.
Las dietas basadas principalmente en plantas, como las vegetarianas o veganas, parecen reducir los síntomas de la fibromialgia y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
A pesar de estos grandes descubrimientos sobre el efecto de estas prometedoras intervenciones dietéticas, es necesario de mayor investigación acerca de esto para sacar unas conclusiones más sólidas.
Estos tratamientos dietéticos encajarían en el tratamiento multidisciplinario de la fibromialgia con resultados positivos en la calidad de vida de los pacientes.
Inconvenientes de la dieta vegana y vegetariana
En este tipo de dietas existen algunos inconvenientes que mencinamos a continuación:
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La dieta vegana o vegetariana abarca una menor variedad de alimentos, ya que restringe mayor o menor cantidad de alimentos dependiendo del patrón (los cuales hemos explicado anteriormente).
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Es necesaria una planificación dietética más compleja de todas las comidas para tener un buen aporte de todos los nutrientes necesarios para el organismo. Por ejemplo para conseguir comidas con todos los aminoacidos esenciales, para obtener proteínas de calidad.
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Como hemos comentado se necesita suplementación de la vitamina B12, pues no hay aporte de origen animal y como consecuencia no hay una fuente de vitamina B12, esencial para nuestro organismo.
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Además de la B12, existen algunos nutrientes que pueden estar comprometidos o ingerirse en cantidad insuficiente en este tipo de dieta, como la vitamina D, calcio, zinc y, a veces, riboflavina (vitamina B2).
Como conclusión es una dieta que puede ayudarnos en la sintomatología de la fibromialgia, pero es muy aconsejable acudir a un nutricionista para asegurarnos de que nuestras ingestas de todos los nutrientes son óptimas.
Suplementos nutricionales y fibromialgia
Un desequilibrio de los componentes de la dieta, incluidos los minerales y las vitaminas, puede desempeñar un papel fundamental en cómo se va a desarrollar la fibromialgia.
Aproximadamente el 61% de los pacientes que padecen fibromialgia consumen algún tipo de suplemento nutricional.
Vamos a realizar un análisis de los suplementos nutricionales más usados en esta patología.
Vitamina D y fibromialgia
La suplementación con vitamina D debe ser considerada en la fibromialgia, principalmente porque alrededor del 40% de los pacientes con fibromialgia se les ha diagnosticado deficiencia de vitamina D.
Además, se ha observado una asociación entre niveles bajos de vitamina D en suero y dolor crónico, depresión y ansiedad en pacientes con fibromialgia.
Se han realizado varios estudios acerca del efecto beneficioso de la suplementación con vitamina D y casi todos los autores llegaron a la misma conclusión: se debe evaluar los niveles séricos de vitamina D y dependiendo del nivel recomendar la suplementación si existe riesgo de deficiencia.
Vitamina C y Vitamina E
Las vitaminas antioxidantes como la vitamina C y la vitamina E pueden desempeñar un papel beneficioso en el tratamiento de ciertos síntomas típicos de la fibromialgia, ya que son útiles para preservar las funciones cerebelosas, la memoria, las respuestas emotivas y la función muscular.
Sin embargo, actualmente no existen estudios consistentes en la literatura que concluyan que la suplementación de estas vitaminas mejore el estado de los pacientes.
Minerales y fibromialgia
En cuanto a los minerales, en la fibromialgia encontramos una disminución en el contenido de magnesio intracelular en los pacientes. Esta deficiencia de magnesio se asocia a inflamación, debilidad muscular y parestesia (hormigueo), que son síntomas típicos de la fibromialgia.
Una ingesta baja de magnesio en la dieta se relaciona con un empeoramiento en cuanto al umbral del dolor en pacientes con fibromialgia.
A pesar de los escasos estudios realizados acerca del magnesio en la fibromialgia, todo parece indicar que una ingesta adecuada por medio de la dieta o mediante suplementación pueden disminuir la sintomatología de los pacientes de fibromialgia.
Por otro lado, varios estudios han indicado que una deficiencia de hierro puede agravar la sintomatología en pacientes con fibromialgia, por lo que debemos asegurar un consumo óptimo por medio de la dieta.
Recetas
Aquí os dejamos unas algunas recetas Dietfarma recomendadas para los pacientes de fibromialgia:
Lentejas vegetales 330, 39 Kcal/persona
Revuelto de espárragos trigueros y gambas 217, 31 Kcal/persona
Salmón a la plancha 283, 2 Kcal/persona
Pollo salteado con verduras 347, 85 Kcal/persona
Dieta modelo sin excitotoxinas para personas con fibromialgia
Aquí encontramos un modelo de dieta semanal sin excitotoxinas, eliminando el glutamato y el aspartamo, indicado para pacientes con fibromialgia.
Dieta modelo sin gluten para personas con fibromialgia
A continuación, mostramos una dieta sin gluten semanal para pacientes con fibromialgia.
Dieta modelo vegana para personas con fibromialgia
A continuación, mostramos una dieta vegana semanal para pacientes con fibromialgia.
Conclusiones
Como conclusión podemos decir que la fibromialgia es una patología que debe ser tratada con un enfoque global, tanto con fármacos recetados por un médico como con tratamientos no farmacológicos, destacando la dieta, el ejercicio físico y la fisioterapia.
El ejercicio y la fisoterapia van a aportar una mejora de la movilidad y fuerza que les ayudará a los pacientes de fibromialgia a desempeñar las actividades cotidianas con mayor facilidad.
Desde el punto de vista nutricional, tal y como hemos visto, sería muy interesante eliminar las excitotoxinas y el gluten de la dieta, ya que pueden mejorar la sintomatología de los pacientes.
Por otro lado, tenemos la alternativa de la dieta vegana y vegetariana, las cuales nos pueden aportar numerosos antioxidantes y vitaminas de gran importancia en la patología.
Por último, debemos asegurar las ingestas de omega-3, vitamina B6, magnesio, zinc, hierro y vitamina D, ya que deficiencias en estos micronutrientes pueden agravar los síntomas y empeorar la calidad de vida de los pacientes de fibromialgia.
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