¿Qué es la candidiasis?
Se trata de una infección primaria o secundaria, causada por levaduras del género Cándida, siendo la más común Candida albicans, con manifestaciones clínicas variables de evolución aguda, subaguda, crónica o episódica.
El hongo puede causar desde infecciones cutáneas leves, hasta candidiasis sistémicas severas en pacientes críticos, caracterizándose éstas últimas por una elevada mortalidad.
El principal agente etiológico es Candida albicans, pero pueden estar implicadas otras especies de Candida, como pueden ser: Candida glabrata, Candida famata, Candida dubliniensis, Candida krusei, Candida lusitaniae, Candida parapsilosis, Candida tropicalis, etc.
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Tipos de candidiasis
La infección puede afectar a todas las mucosas, incluso en el tracto digestivo, pudiendo aparecer diferentes tipos de candidiasis:
Candidiasis cutánea
Tiende a ocurrir en zonas de roce de piel contra piel (las axilas, pliegues de la piel debajo de las mamas, cuello, abdomen o la ingle). No se ve influenciado por la edad, pero en adultos, es más frecuente en las mujeres. Una de las causas predisponentes más frecuentes de esta afección es la diabetes (modifica el estado bioquímico de la piel, produce un aumento de glucógeno y de la acidez), el calor, la humedad y el contacto piel con piel en personas obesas. En lactantes, en la región perianogenital, al ser una epidermis frágil y delicada, se irrita por el uso del pañal.
Vulvovaginitis
Desciende su frecuencia con la edad postmenopáusica, debido a la necesidad de estrógenos para la colonización por Cándida. Los factores de riesgo para su desarrollo son: diabetes mellitus, embarazo y tratamientos con corticoides o antibióticos de amplio espectro.
Los síntomas más frecuentes son: picor, dolor al orinar, presencia de flujo vaginal modificado y enrojecimiento de la zona.
La infección se caracteriza por la presencia de secreción espesa y grumosa, de aspecto lechoso, blanca o blanco-amarillenta (con aspecto de leche cortada) y placas pseudomembranosas de color blanco grisáceo, que se encuentran en la mucosa vaginal. Toda la zona genital está muy inflamada y por lo general, el prurito es muy intenso.
Se puede presentar como un episodio aislado o como episodios recurrentes. Entre el 5 y el 10% de las mujeres sufren episodios recurrentes de vulvovaginitis. Se define como Candidiasis vulvovaginal recurrente, cuando se producen 3 o más episodios de Candidiasis vulvovaginal en un año.
Las pacientes responden adecuadamente al tratamiento con antifúngicos, pero éste falla al intentar prevenir futuras recidivas. La mayoría de las mujeres con recidivas de Candidiasis vulvovaginal no presentan factores predisponentes conocidos.
Infección orofaríngea
Se manifiesta por placas blanquecinas en la orofaringe, mucosa oral, paladar o la lengua. Se relaciona con varios factores de riesgo: tratamiento con antibióticos sistémicos, corticoides o radioterapia, o bien, por sequedad de las mucosas.
La más común se denomina “muguet”, común en bebés hasta los 3 meses de edad, siendo más rara en adultos, pudiendo aparecer en estos últimos casos cuando usan prótesis, cuando tienen reducción de la secreción salival, cuando tienen tratamientos con antibióticos, quimioterápicos, etc.
Candiduria e infección urinaria
Los principales factores de riesgo son: presencia de sonda vesical, diabetes mellitus y tratamiento antibiótico de amplio espectro.
Candidiasis sistémica, candidemia e infección invasiva
Se suele desarrollar en pacientes hospitalizados de edad avanzada, en situación crítica, con múltiples tratamientos (antibióticos de amplio espectro), y sometidos a procedimientos diagnósticos o terapéuticos invasivos. En estos casos la frecuencia de mortalidad es alta.
¿Qué es Candida?
Las levaduras del género Candida son las responsables del desarrollo de las candidiasis. En la naturaleza, se encuentran en el suelo, agua dulce, vegetales, frutas, granos, exudados de árboles y en toda sustancia rica en hidratos de carbono simples.
En los seres vivos, son habitantes habituales del aparato digestivo, respiratorio y regiones mucocutáneas del hombre y animales domésticos.
¿Cómo se regula la Candida?
En el sistema gastrointestinal humano existe una población constante de C. albicans, la cual su presencia es regulada por dos factores:
– Flora intestinal (lactobacillus y bacterias anaerobias), la cual controla la densidad de población de las levaduras a través de factores antimicrobianos, inhibidores de la adherencia, potenciales de óxido-reducción y competencia por los nutrientes disponibles.
– Dieta: la ingesta excesiva de frutas frescas, dulces u otros compuestos fermentables, darán lugar a un aumento considerable del número de levaduras intestinales (Candida albicans).
¿Cuáles son los síntomas de la candidiasis?
Las infecciones por Candida producen inflamación de las mucosas, malestar, picor y enrojecimiento de la zona.
La más común en mujeres es la vulvovaginitis o candidiasis vaginal, en la cual se aprecian los siguientes síntomas: picor y ardor genital, enrojecimiento vulvar, molestias al orinar, dolor o molestias durante el coito y flujo vaginal espesa y grumosa, de aspecto lechoso, blanca o blanco-amarillenta (con aspecto de leche cortada) y placas pseudomembranosas de color blanco grisáceo, que se encuentran en la mucosa vaginal
Causas de la candidiasis y factores de riesgo
La mayor parte de las infecciones son de origen endógeno a partir de reservorios mucocutáneos o cutáneos (introducidos a partir de catéteres u otros dispositivos de uso médico, que interrumpen la barrera cutánea). Aunque también pueden ser exógenas (contaminación a través de materiales contaminados).
El desarrollo de la enfermedad por Candida depende de la interacción de ciertos factores:
Factores predisponentes para la infección
Con ello nos referimos a modificaciones en los mecanismos de defensa del huésped, los cuales, inducen transformaciones en el comportamiento del hongo.
o Locales: contacto con agua, mala higiene, etc.
o Fisiológicas: recién nacidos, vejez, embarazo, etc.
o Endocrinas: diabetes, hipotiroidismo, etc.
o Alteraciones de la flora normal: por uso de antibióticos de amplio espectro.
o Enfermedades hematológicas: linfomas, leucemias, anemia, agranulocitosis, neutropenia, etc.
o Factores iatrogénicos: uso prolongado de corticoides, quimioterápicos, inmunosupresores, agentes citotóxicos, alimentación parenteral, trasplantes, cirugía abdominal, utilización de sondas y catéteres, radioterapia, prótesis, hemodiálisis, cateterismo, etc.
o Enfermedades: neoplasia, infección por VIH, quemaduras graves y extensas, drogadicción, tuberculosis, etc.
Patogenicidad intrínseca del microorganismo
Depende de sus factores de virulencia.
Mecanismos de defensa del huésped
o No inmunes:
Interacción con otros miembros de la flora microbiana.
Integridad funcional del extracto córneo.
Proceso de descamación debido a la proliferación epidérmica inducida por la inflamación.
o Inmunes:
Inmunidad celular.
Inmunidad humoral.
El delicado balance o equilibrio que existe entre el comensal (levadura) y el hospedador, podría romperse y dar lugar al parasitismo o desarrollo de una infección oportunista, dando lugar a la aparición de la Candidiasis.
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Tratamiento para la candididasis
El tratamiento de las infecciones localizadas puede realizarse con antifúngicos locales, mientras que las infecciones invasivas requieren de tratamiento sistémico.
Así mismo, en la práctica clínica, se ha observado que la combinación de una dieta con restricciones en azúcares simples, levaduras y productos fermentados, junto al tratamiento convencional, contribuye a mejorar los síntomas de la candidiasis vaginal.
También, en algunos estudios se ha observado que al incluir ácido caprílico, aceite de orégano y Lactobacillus acidophylus, también se mejora la sintomatología de la Candidiasis.
Importancia de la alimentación para la candidiasis
Aunque no hay evidencia científica que lo respalde, se ha observado en la práctica clínica que la eliminación de azúcares sencillos tales como la sacarosa, glucosa, fructosa, lactosa y maltosa de forma aislada, y en alimentos donde estén adicionados como sería el caso de la mermelada, dulces y helados; o presentes de forma natural en gran cantidad, como sería el caso de la miel y en determinadas frutas; junto a la eliminación de levaduras y productos fermentados de la dieta del paciente con tratamiento previo con antifúngicos, mejoran favorablemente los síntomas asociados a esta patología.
En estos casos, sí se permite el uso de edulcorantes artificiales, siendo la mejor elección el uso de estevia. Así mismo, se pauta un consumo de polisacáridos amiláceos bajo, incrementando progresivamente su consumo, respondiendo siempre a las raciones recomendadas por la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria).
De esta forma, no se aconseja el consumo de arroz, pasta, lentejas, judías blancas, cebada y pan; pero en cambio, sí se aconseja la ingesta de otros cereales como la espelta, el Kamut o la quinoa.
La reducción porcentual de hidratos de carbono (disminución de azúcares simples y consumo moderado de polisacáridos amiláceos, derivados del trigo), frente a proteínas y grasas, reduce la sintomatología de candidiasis a nivel del sistema gastrointestinal, y aumenta la actividad inmunológica de las IgA, IgG, IgM. La sintomatología de esta patología se ve reducida, también, por la exclusión de levaduras de la dieta.
Lo más característico de la cándida es que fermenta los azúcares e hidratos de carbono, siendo éste su principal sustrato alimenticio para reproducirse.
De tal forma que, si lo eliminamos de la dieta, la dejamos sin sustrato, siendo una buena forma de evitar su proliferación y prevenir futuras complicaciones.
Por eso se aconseja eliminar el consumo de lácteos, ya que la lactosa afecta a la presencia de cándida, así como el yogur, puesto que aunque es un probiótico natural que regenera la microbiota, contiene azúcares fermentables, y edulcorantes y azúcares añadidos.
También debería disminuirse el consumo de carnes, en especial las rojas, que pueden llevar componentes anabolizantes que pueden afectar al sistema hormonal. Así como los alimentos fermentables ya que los hongos fermentan en el azúcar y propicia a que crezca la cándida.
Por otro lado, se debería consumir ácido caprílico, aceite de orégano y/o Lactobacillus acidophylus, puesto que con ello se inhibe y/o se reduce el crecimiento de C. albicans.
También se recomienda tomar alimentos con poder diurético para ayudar a rebajar la infección; así como el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos saturados.
Alimentación con candidiasis
Alimentos que se deben evitar
– Azúcares y derivados: azúcar blanca y morena, miel, siropes, malta, dextrosa, sacarina, mermelada, dulces, helados, etc.
– Levaduras: pan, soja desecada, lácteos, pastillas de caldo de verduras, etc.
– Cereales como arroz, pasta, lentejas, judías blancas, cebada, etc. El trigo está totalmente desaconsejado
– Fermentados: bebidas alcohólicas, yogur, miso, vinagre, salsa de soja, tempeh, etc.
– Lácteos y derivados.
– Fruta y zumos de fruta: sobre todo en la fase aguda de la patología.
– Cacahuetes y pistachos.
– Setas, champiñones, patata, boniato y calabaza.
– Carne roja.
– Alimentos procesados: jamón cocido, salchichas, bacon, embutidos, hamburguesas, patés, etc.
– Té y café (incluido el descafeinado).
– Especias muy picantes.
Alimentos permitidos
– Edulcorante como la estevia.
– Cereales como la espelta, el Kamut, la quinoa, el trigo sarraceno o el amaranto. El arroz integral y la pasta a base de arroz, se puede ir introduciendo conforme vayan mejorando los síntomas, ya que combinados con las legumbres forman proteínas completas de origen vegetal. Se pueden usar tanto en sopas como en ensaladas. Igualmente, a medida que mejoran los síntomas se pueden tomar con moderación tostadas de centeno o tortas de arroz (siempre mezcladas con proteínas como tahini, hummus, jamón o tofu). El pan de almendras también es una buena opción.
– Carne roja y blanca, siendo preferible el consumo de carne ecológica.
– Pescado blanco a diario y azul tres veces por semana, eligiendo la caballa, salmonetes o boquerones, para evitar la ingesta excesiva de residuos de mercurio. Beneficio del Omega 3.
– Huevos de corral. Al principio de aconsejan de 4 a 5 huevos a la semana, hasta que se introduzcan otros alimentos.
– Algas: agar-agar, kombu, hijiki, nori, wakame dulce. Usarlas en sopas, guisos, ensaladas o pasadas por la sartén. También se pueden cocinar junto a legumbres para digerirlas mejor.
– Gelatina de agar-agar: en polvo y se cocina con zumo de pomelo, añadiendo unos trocitos de kiwi u otra fruta baja en azúcar. No se recomienda tomar más de una al día.
– Vegetales: todos menos los citados anteriormente, priorizando el consumo de alcachofas, endivias, escarola, berros, espárragos, etc. Lo mejor es consumirlos en crudo o poco cocinados, en zumos o licuados, menos la zanahoria y remolacha, que tienen más azúcar. En todo caso la zanahoria cruda tiene menos que la cocinada. A los purés de verduras se les pueden añadir también alubias blancas cocidas para darles consistencia, en lugar de patatas.
– Legumbres: lentejas, garbanzos, alubias blancas rojas y negras y judías pintas y verdes. También es recomendable el humus de garbanzos y de lentejas, aunque al primero se le puede añadir un calabacín hervido o coliflor para suavizarlo.
– Frutos secos crudos y sin sal: semillas de calabaza, sésamo, lino y girasol. Se pueden añadir a las ensaladas y/o comidas.
– El limón se puede usar como sustituto del vinagre y para las infusiones.
– Infusiones de manzanilla.
– El aguacate: se puede comer sólo, en ensaladas, como guacamole o en postres triturado con cacao, tipo mousse.
– Leche de soja, avena, arroz o coco, así como el aceite de coco. Las dos últimas tienen más azúcares, limitando su consumo. Hay que vigilar que no contengan maltodextrinas o zumos de frutas entre los ingredientes.
– Aceite de oliva virgen extra (a ser posible, primera presión en frío).
– Aceite de lino: dos cucharadas de postre al día en crudo, mezclado o no con el de oliva.
– Especias no picantes: orégano, jengibre, cilantro, hinojo, albahaca, romero, comino y cúrcuma.
Otras pautas generales para disminuir la candidiasis
– Beber 2 litros de agua al día.
– Eliminar de entrada el azúcar y derivados, e ir introduciendo poco a poco según vaya mejorando la sintomatología.
– Comer 5 veces al día, para evitar subidas de glucosa en sangre. Tres de ellas deberían llevar proteínas para regenerar la mucosa vaginal e intestinal.
– Tomar caldos de verduras como suplementos vitamínicos: de cebolla, ajo, puerro, col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas y nabos.
Candidiasis y dieta cetogénica
La dieta cetogénica o dieta keto es un tipo de dieta muy empleada para la pérdida de peso, conocida por ser una dieta baja en hidratos de carbono que provoca que nuestro cuerpo produzca cetonas en el hígado para ser utilizadas como fuente de energía.
Como hemos indicado anteriormente, la Cándida fermenta azúcares e hidratos de carbono, siendo éste su principal sustrato alimenticio para reproducirse. De tal forma que, si lo eliminamos de la dieta, la dejamos sin sustrato, siendo una buena forma de evitar su proliferación y prevenir futuras complicaciones.
Por este motivo, se podría aconsejar llevar a cabo una dieta cetogénica rica en grasas, principalmente grasas saturadas, y proteínas, pobre en hidratos de carbono.
Esta dieta cetogénica debe ser también antiinflamatoria, para poder disminuir la inflamación que la infección por Cándida desarrolla en el intestino.
Por tanto, no podríamos realizar una dieta cetogénica consumiendo alimentos procesados, envasados, con frutos secos como cacahuetes o pistachos, o derivados lácteos, puesto que algunos de estos alimentos sí podrían empeorar los síntomas propios de la candidiasis.
En este caso, se podría llevar a cabo una dieta cetogénica priorizando el consumo de carne blanca ecológica, pescado blanco y azul, huevos, vegetales como alcachofas, endivias, escarola, berros y espárragos; frutos secos crudos y sin sal, como las semillas de calabaza, sésamo, lino y girasol; aguacate y aceite de oliva.
Candidiasis y dieta FODMAP
La dieta FODMAP, se caracteriza por una dieta baja en oligosacaridos, disacaridos, monosacáridos y polioles fermentables, que son un grupo de hidratos de carbonos fermentables de cadena corta que se absorben mal en el tracto gastrointestinal.
Como para evitar la proliferación de la Cándida, tenemos que recurrir a eliminar su principal sustrato que son los azúcares e hidratos de carbono fermentables, este tipo de dieta podría ser de gran utilidad en el tratamiento de esta patología.
En esta dieta, como la que se aconseja a llevar a cabo ante la presencia de Candida en el organismo, tiene una fase de eliminación, en la cual se eliminarían todos los hidratos de carbono de cadena corta. En esta fase se priorizaría el consumo de:
– Frutas: Naranja, mandarina, arándano, fresa, melón, limón y lima.
– Vegetales: alcachofas, endivias, escarola, berros, espárragos, etc.
– Lácteos: Queso maduro (incluyendo el queso cheddar y el queso parmesano), yogur sin azúcar sin lactosa, leche de soja, avena, etc.
– Carnes: Todas las carnes no procesadas, pescado y huevos.
– Frutos secos: crudos y sin sal: semillas de calabaza, sésamo, lino y girasol.
– Granos: Arroz en todas sus variedades, pan sin gluten, quinoa, sémola, espelta, etc.
Posteriormente, coincidiendo con la mejora de la sintomatología asociada a la Candida, se irían reintroduciendo en la dieta del paciente alimentos con cantidades variables de FODMAP, hasta comprobar si persiste o no la sintomatología en el paciente.
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Recetas recomendadas con candidiasis
Cerdo salteado con alcachofas: 382 kcal
Salmonetes con limón (en microondas): 215 kcal.
Boquerones a la plancha: 300 kcal.
Solomillo de cerdo salteado con espárragos: 343 kcal.
Alcachofas cocidas en microondas: 175 kcal.
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Dieta modelo para la candidiasis
Recomendaciones diarias a seguir con la dieta para prevenir o tratar la candididasis
1. Seguir tratamiento médico según posología indicada por el profesional.
2. Se aconseja el uso de probióticos orales o locales con cepas de Lactobacillus acidophylus.
3. Se aconseja mantener una buena higiene intima, pudiendo utilizar para ello un gel íntimo con un pH adecuado.
4. Evitar el consumo de azúcares simples y derivados, levaduras y productos fermentados.
5. Consumo de edulcorantes artificiales, siendo la estevia la mejor elección.
6. Beber al menos 2 litros de agua al día. Para que no lo olvides y te resulte más cómodo, te propongo beber un vaso de agua:
• Por la mañana antes del desayuno y otro al finalizar
• A media mañana
• Antes de la comida y al finalizar esta
• En la merienda
• Antes de la cena y al finalizar
7. Comer 5 veces al día, para evitar subidas de glucosa en sangre. Tres de ellas deberían llevar proteínas para regenerar la mucosa vaginal e intestinal.
8. Tomar caldos de verduras como suplementos vitamínicos: de cebolla, ajo, puerro, col, coliflor, brócoli, coles de Bruselas y nabos.
9. Evitar el consumo de lácteos y derivados.
10. Evitar el consumo de carne roja.
11. Evitar el consumo de cereales y legumbres, salvo las indicadas.
12. Evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
13. Entre comida y comida debes dejar un espacio de 3 horas, para que hagas la digestión correctamente. Totalmente prohibido picotear entre horas.
14. Debes concienciarte y no excederte con las cantidades de comida. Especialmente cuidado con el aceite de oliva (2-3 cucharadas soperas al día).
15. Reduce el aporte de sal en las comidas, pudiéndolo sustituir por especias no muy picantes (ej. comino, orégano, perejil, cilantro…)
16. Ten prioridad por las verduras frescas. En segundo lugar, opta por las verduras congeladas. Las verduras en conservas se deben enjuagar bien antes de usar.
17. La masticación también juega un papel importante en el control de la saciedad, por lo que es importante que comas despacio y tritures mucho los alimentos.
18. En momentos de ansiedad podrás tomar infusiones con edulcorante (manzanilla), evitando el consumo de té o café, o caldos desgrasados (pollo, pescado o verduras).
19. La planificación de lo que vas a preparar es fundamental. La improvisación en este tema lleva irremediablemente al fracaso. Usa la lista de la compra.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la Candidiasis?
Es una infección por hongos (fúngica), causada por especies del género Cándida. La infección puede llegar a ser leve o muy grave e incluso potencialmente mortal. Puede afectar a todas las mucosas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas dependen mucho del sitio de la infección. En el caso de la candidiasis vaginal, una de las infecciones más frecuentes, los síntomas principales son: picor, irritación de la zona, cambio de color y olor de las secreciones vaginales, molestias a la hora de orinar, etc.
¿Qué favorece la aparición de la Candidiasis?
Las especies de Candida suelen existir en nuestro organismo. El delicado balance o equilibrio que existe entre el comensal (levadura) y el hospedador, podría romperse y dar lugar al parasitismo o desarrollo de una infección oportunista, dando lugar a la aparición de la Candidiasis.
Esto puede deberse al uso de antibióticos de amplio espectro, el empleo de métodos anticonceptivos, las terapias inmunosupresoras y citotóxicas, y a la presencia de cuerpos extraños permanentes.
¿Cómo afecta la dieta al tratamiento de la Candidiasis?
En la práctica clínica, se ha observado que la combinación de una dieta con restricciones en azúcares simples, levaduras y productos fermentados, junto al tratamiento convencional con fármacos, contribuye a mejorar los síntomas de la candidiasis vaginal.
¿Por qué eliminamos los azúcares e hidratos de carbono de la dieta cuando presentamos Candidiasis?
Puesto que la cándida fermenta los azúcares e hidratos de carbono, siendo éste su principal sustrato alimenticio para reproducirse. De tal forma que, si los eliminamos de la dieta, la dejamos sin sustrato, siendo una buena forma de evitar su proliferación y prevenir futuras complicaciones.
Conclusiones
Aunque no hay evidencias científicas que lo justifique, en la práctica clínica se ha observado que la reducción porcentual de hidratos de carbono (disminución de azúcares simples y consumo moderado de polisacáridos amiláceos), frente a proteínas y grasas, reduce la sintomatología de la candidiasis a nivel del sistema gastrointestinal, y aumenta la actividad inmunológica de las IgA, IgG, IgM.
La sintomatología de esta patología se ve reducida, también, por la exclusión de levaduras de la dieta, junto a la eliminación de productos fermentados del paciente con tratamiento previo con antifúngicos.
Este artículo ha sido realizado por la alumna en prácticas Marina Domínguez, del grado de Nutrición y Dietética Humana, de la Universidad Isabel I.
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