La fibra es necesaria y beneficiosa, y por norma general, la mayor parte de la población ingiere en su dieta menos de la necesaria y por esta razón, siempre nos aconsejan tomar cereales, frutas y verduras.
Al día necesitamos unos 30-40g de fibra, aportando numerosos beneficios: en el estómago absorbe gran cantidad de agua, generando sensación de saciedad, y en el intestino favorece los movimientos intestinales, aumenta el volumen de las heces y estimula la propulsión de éstas hacia el exterior.
Sin embargo, por encima de estos valores no aporta un beneficio extra, y si consumimos demasiada, como puede ser el caso de personas vegetarianas estrictas, pueden aparecer consecuencias negativas.
Algunas consecuencias negativas son:
- Algunas cadenas de aminoácidos (proteínas) no se asimilan de forma correcta por la presencia excesiva de fibra. Ésta es una de las razones por las que las proteínas de origen vegetal presentan un valor biológico menor que las de origen animal.
- Al dar sensación de llenado, dejamos de comer. Si esto sucede en cada ingesta, lo más probable es q no terminemos cubriendo las necesidades energéticas diarias necesarias.
- Puede provocar deshidratación, por lo tanto, se debe aumentar la cantidad de agua ingerida.
- El exceso de fibra reduce la absorción de minerales importantes, como pueden ser el calcio, el hierro y el zinc.
- Cuando se consume de manera excesiva en un breve periodo de tiempo pueden generar gases, flatulencias y distensión abdominal.
En definitiva, decir que las fibras son muy beneficiosas, pero en su justa medida, un consumo excesivo puede ser perjudicial.