Ingredientes
-
calabacín 250 gr. 1 Pieza mediana 27.88 kcal. -
tomate 175 gr. 1 Pieza mediana 17.85 kcal. -
queso fresco de Burgos 62 gr. 1 Envase pequeño 167.50 kcal. -
aceite de oliva 5 gr. 1 Cucharada de postre 900.00 kcal. -
pimienta negra molida 2 gr. 1 Pellizco 226.38 kcal. -
sal 2 gr. 1 Pellizco kcal.
Preparación
1. Limpiamos, pelamos y cortamos a rodajas los calabacines. Sazonamos con sal y pimienta al gusto.
2. Echamos muy poco aceite en la plancha o en una sartén, esperamos a que esté caliente y agregamos las rodajas.
3. Le damos un vuelta y vuelta, sacamos las rodajas y reservamos.
4. Cortamos en rodajas el tomate y el queso fresco.
5. A cada una de las rodajas de calabacín, le ponemos una de tomate y otra de queso fresco.
6. Una vez preparadas todas las rodajas ya tenemos listo nuestro plato.
Información adicional
Estamos ante una receta saludable, que nos da un aporte nutricional a través de las verduras y un aporte energético a través del queso fresco.
El calabacín es un alimento muy nutritivo, ya que presenta cantidades importantes de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Es muy bajo en caloría, haciendo una receta perfecta para aquellas personas que quieran perder peso. Es rico en fibra, regulando el tránsito intestinal y evitando el estreñimiento. Además, presenta cantidades importantes de potasio, siendo muy beneficioso para aquellas personas que sufren retención de líquidos o hipertensión.
El tomate es muy nutritivo, con un bajo aporte energético. Es rico en vitaminas (B, C y A), minerales (potasio, fósforo y magnesio), antioxidantes y fibra. Destaca la presencia de vitamina C, que actúa como antioxidante y previene el cáncer. La vitamina A ayuda a mejorar la visión. Presenta un alto contenido en licopeno, antioxidantes que le da el color rojo, que ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y protege frente a las enfermedades cardiovasculares. Es bajo en sodio, por lo que es muy recomendado en hipertensos. Su piel es rica en fibra, regulando nuestro tránsito intestinal y evitando el estreñimiento, por lo tanto hay que comerlo con la piel.
El queso fresco se caracteriza por ser rico en proteínas de alto valor biológico y presentar un contenido en grasas medio (si usas un queso fresco desnatado, el contenido en grasa será bajo y tendrá menor aporte energético). También es rico en vitaminas y minerales. Presenta una importante fuente de calcio, que se disuelve en el ácido láctico del queso, haciéndose más absorbible por nuestro sistema digestivo. El calcio fortalece los huesos y los dietes, previene la osteoporosis, ayuda al crecimiento infantil y ayuda a la cicatrización de las heridas. La vitamina D que presenta, permite que el calcio se fije mejor a los huesos.
En definitiva, nos encontramos ante una receta saludable, ideal para aquellas personas que hacen dieta para bajar de peso.