Ingredientes

  • conejo 200 gr. 1 Porción pequeña 144.78 kcal.
  • champiñón 200 gr. 1 Envase pequeño 19.04 kcal.
  • ajo 10 gr. 2 Diente 9.16 kcal.
  • perejil 2 gr. 1 Pellizco 0.60 kcal.
  • sal 2 gr. 1 Pellizco 0.00 kcal.
  • aceite de oliva 10 gr. 1 Cucharada sopera 90.00 kcal.

Preparación

1. Ponemos en un mortero el ajo, el perejil, un poco de sal y lo majamos todo.

2. Agregamos aceite y lo mezclamos bien.

3. Limpiamos el conejo, lo cortamos en trozos y lo adobamos con esta mezcla. Lo dejamos macerar durante un rato.

4. Por otra parte, limpiamos, pelamos y cortamos al gusto los champiñones y el ajo. Lo ponemos en una sartén con aceite y lo salteamos. Lo pasamos a un plato.

5. En la misma sartén, agregamos un poco de aceite y hacemos los trozos de conejo.

6. Finalmente serviremos el conejo junto con los champiñones, presentando un plato muy completo y sencillo.

Información adicional

La carne de conejo es rica en proteínas de alto valor biológico y al tratarse de una carne blanca, su contenido en grasas y calorías es bajo, siendo recomendado en dietas de adelgazamiento y en dietas bajas en colesterol, sobre todo en enfermedades cardiovasculares. Su contenido en sodio es bajo, siendo muy aconsejado en personas hipertensas. En su composición también encontramos nutrientes, con importantes cantidades de vitaminas del grupo B, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (proteínas, hidratos de carbono y lípidos), intervienen en la formación de los glóbulos rojos, en el funcionamiento del sistema nervioso y además son necesarias para mantener una buena salud en los tejidos que componen nuestro cuerpo.

Los champiñones que hemos añadido a este plato destacan principalmente por su contenido en vitaminas y minerales, pero también presentan proteínas, cuyo contenido es mayor cuando están deshidratadas. Entre los minerales destacan el fósforo, que es necesario para la formación de los huesos y los dientes y para favorecer la actividad mental; el potasio que nos ayuda a reducir la retención de líquidos y el selenio que es antioxidante, evitando la degeneración de las células. También presenta hierro (carece de fitato, compuesto que reduce la absorción de este mineral), siendo más absorbible que el de otras fuentes de hierro. Con respecto a las vitaminas, destacan las del grupo B, la riboflabina favorece el crecimiento del pelo y frena su caída.

Siempre debemos decantarnos por las carnes magras, que tienen menos grasas saturadas, menos colesterol y engordan menos que las carnes grasas, que son perjudiciales para la salud y que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol, triglicéridos…