Ingredientes

Preparación

1. Cogemos una bolsa de hojas verdes (ó lechuga) y lo echamos en un bol.

2. A continuación, cortamos a cuadraditos el queso fresco tipo Burgos y el salmón ahumado lo cortamos en tiras. Lo añadimos en el bol.

3. Agregamos las nueces.

4. Aliñamos con aceite de oliva, vinagre y sal.

5. Por último, lo removemos todo.

Información adicional

Estamos ante una receta muy saludable, que por un lado nos da un aporte nutricional a través de los vegetales y por otro lado un aporte energético procedente del salmón ahumado, el queso fresco y las nueces.

Las verduras de hoja verde tienen un bajo aporte calórico y una gran riqueza nutricional, aportándonos vitaminas (A, C, del grupo B, E y K), minerales (calcio, hierro, magnesio y potasio) y fibra. Se caracterizan por su contenido en fitoquinona, principal fuente de vitamina K (esta vitamina participa en la coagulación de la sangre). Un elevado consumo de estas verduras (vitamina K) puede interferir con ciertos medicamentos (ej. Sintrón) para regular la coagulación de la sangre.

El salmón ahumado es muy energético, presentando proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos omega 3 que ayudan a reducir los niveles de colesterol alto y a prevenir las enfermedades cardiovasculares. También es rico en vitamina D, que aumenta la absorción de calcio y ayuda a que se fije a los huesos, siendo muy recomendado en personas con osteoporosis. Su mayor inconveniente es su alto contenido en sodio, siendo poco recomendado en personas con hipertensión. Las personas con tensión alta deberán optar por el salmón fresco.

El queso fresco se caracteriza por ser rico en proteínas de alto valor biológico y presentar un contenido en grasas medio (si usas un queso fresco desnatado, el contenido en grasa será bajo y tendrá menor aporte energético). También es rico en vitaminas y minerales, destacando la presencia del calcio, siendo muy importante para prevenir la osteoporosis.

Las nueces son vegetales ricos en calorías haciendo una mezcla final muy equilibrada. Aportan ácidos grasos poliinsaturados (omega3) y esteroles vegetales, nutrientes que ayudan a regular el colesterol (disminuyendo el colesterol malo o LDL y favoreciendo el colesterol bueno o HDL) y a prevenir las enfermedades cardiovasculares.

En definitiva, estamos ante una receta rica en omega 3, ideal para aquellas personas que hacen dieta para enfermedades del corazón.