Ingredientes

Preparación

1. En primer lugar, cortamos el tomate a rodajas, lo colocamos sobre un recipiente y sazonamos con sal, orégano y el ajo picado muy fino.

2. Luego añadimos un poco de aceite por encima y lo tapamos con film transparente.

3. Lo introducimos en el microondas y lo ponemos a máxima potencia durante 4 minutos.

4. Pasado ese tiempo, sacamos el recipiente del microondas y espolvoreamos el queso rallado.

5. A continuación, separamos la clara de la yema y la ponemos sobre el tomate, sazonamos con sal y lo metemos de nuevo en el microondas 2-3 minutos a la misma potencia, hasta que la clara quede blanca.

6. Finalmente añadimos la yema, la pinchamos con un palillo y lo ponemos en el microondas durante 1 minuto a máxima potencia.

7. Y ya tenemos este exquisito plato.

Información adicional

Estamos ante una receta saludable, que nos da un aporte nutricional a través de las verduras y un aporte energético a través del huevo y del queso.

El huevo es uno de los alimentos más completos debido al equilibrio nutricional que contiene. Presenta principalmente proteínas de alto valor biológico. Las grasas que encontramos, se encuentran concentradas en la yema y son grasas saludables y además presenta un alto contenido en colesterol. También es rico en vitaminas (A, D, E y del grupo B) y minerales (zinc, hierro, selenio, yodo y fósforo). El huevo es la principal fuente de colina, componente importante para el funcionamiento e integridad de las células y contiene carotenoides, antioxidantes que están relacionados con la prevención de enfermedades degenerativas como las cataratas o el cáncer.

El queso parmesano es muy energético, aportándonos proteínas de alto valor biológico y grasas, que le dan mucho sabor a este plato.

El tomate es muy nutritivo, con un bajo aporte energético. Es rico en vitaminas (B, C y A), minerales (potasio, fósforo y magnesio), antioxidantes y fibra. Destaca la presencia de vitamina C, que actúa como antioxidante y previene el cáncer. La vitamina A ayuda a mejorar la visión. Presenta un alto contenido en licopeno, antioxidantes que le da el color rojo, que ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y protege frente a las enfermedades cardiovasculares. Es bajo en sodio, por lo que es muy recomendado en hipertensos. Su piel es rica en fibra, regulando nuestro tránsito intestinal y evitando el estreñimiento, por lo tanto hay que comerlo con la piel.

En definitiva, podemos decir que estamos ante una receta muy equilibrada.