pechuga de pollo | 200 gr. | 2 Filete pequeño | 192.72 kcal. |
tomate | 100 gr. | 1 Pieza pequeña | 17.85 kcal. |
cebolla | 50 gr. | 1/2 Pieza pequeña | 16.96 kcal. |
ajo | 10 gr. | 2 Diente | 9.16 kcal. |
patata | 100 gr. | 1 Pieza pequeña | 68.26 kcal. |
vino blanco | 50 gr. | 5 Cucharada sopera | 39 kcal. |
sal | 2 gr. | 1 Pellizco | 0 kcal. |
pimienta negra molida | 2 gr. | 1 Pellizco | 4.53 kcal. |
aceite de oliva | 10 gr. | 1 Cucharada sopera | 90 kcal. |
1. En primer lugar limpiamos la pechuga de pollo de grasa innecesaria y la troceamos a nuestro gusto.
2. A continuación en una sartén con aceite incorporamos la cebolla y el ajo picados, cuando estos se pochen (queden transparentes) incorporamos el tomate previamente picado y hacemos un sofrito que vaya reduciendo.
3. Pasados 6 minutos añadimos el pollo troceado y dejamos que se cocine a fuego medio junto con el sofrito.
4. Cuando veamos que ya está a punto el pollo, incorporamos el vino blanco, la sal y la pimienta y dejamos cocinar duarnte 6 minutos más.
5. Por otro lado, hervimos la patata en agua con un poquito de sal (también puedes hacer la patata en el microondas) y una vez hervida la pelamos, cortamos y añadimos al pollo para rehogarla durante 3 minutos más.
6. Ya podemos servir en el plato esta deliciosa receta de pollo con patatas.
El pollo aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, mejorando nuestro estado de ánimo. Es rico en fósforo, un mineral esencial que nutre a los dientes y huesos, así como a los riñones y el hígado. Tiene una alta cantidad de retinol, alfa y beta-caroteno, licopeno y, todos los derivados de la vitamina A, que son esenciales para permitirnos poder tener una salud visual adecuada. Es fácil de digerir y es bien tolerado por quienes sufren trastornos digestivos ya que su tejido conectivo es más fácil de desintegrar. Además, su contenido en grasa es muy bajo ya que se encuentra principalmente en la piel, al igual que el colesterol por lo que el pollo sin piel es considerado una carne blanca magra.
Por otro lado tenemos el tomate que es muy nutritivo, con un bajo aporte energético. Es rico en vitaminas (B, C y A), minerales (potasio, fósforo y magnesio), antioxidantes y fibra. Destaca la presencia de vitamina C, que actúa como antioxidante y previene el cáncer. La vitamina A ayuda a mejorar la visión. Presenta un alto contenido en licopeno, antioxidantes que le da el color rojo, que ayuda a prevenir algunos tipos de cáncer, disminuye los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y protege frente a las enfermedades cardiovasculares. Es bajo en sodio, por lo que es muy recomendado en hipertensos. Su piel es rica en fibra, regulando nuestro tránsito intestinal y evitando el estreñimiento, por lo que es conveniente comerlo con piel en algunos casos.
La patata cocida es un alimento rico en hidratos de carbono. Tienen un alto contenido en agua (75%) y es una gran fuente de potasio, magnesio y hierro. Además es rica en vitamina C y ácido fólico.
- Graduada en Nutrición y Dietética Humana por la
Universidad Isabel I de Burgos
- Licenciada en Farmacia por la Universidad de Sevilla
- Experta en Nutrición y Dietética Humana por la
Universidad Complutense de Madrid
Nutricionista, Farmacéutica
y CEO de Dietfarma
Colegiada AND-00982
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