Ingredientes
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solomillo de cerdo 200 gr. 2 Filete pequeño 209.60 kcal. -
vino blanco 20 gr. 2 Cucharada sopera 15.60 kcal. -
ajo 10 gr. 2 Diente 9.16 kcal. -
aceite de oliva 5 gr. 1 Cucharada de postre 45.00 kcal. -
pimienta negra molida 2 gr. 1 Pellizco 4.53 kcal. -
sal 2 gr. 1 Pellizco 0.00 kcal.
Preparación
1. Cortamos la carne en tiras, sazonamos con sal y pimienta y reservamos.
2. Pelamos y picamos los ajos.
3. En una sartén calentamos el aceite de oliva, agregamos los ajos y removemos hasta que quede dorado.
4. Seguidamente añadimos la carne y removemos hasta que quede cocinado.
5. A continuación, agregamos el vino y rectificamos de sal y pimienta.
6. Le damos varias vueltas y ya tenemos este plato tan sabroso.
Información adicional
La carne de cerdo nos aporta una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico y su contenido en grasas es moderado (menor de lo que la gente cree). También tiene propiedades nutricionales, aportándonos vitaminas (destacando las vitaminas del grupo B) y minerales (destacando hierro, zinc, fosforo, magnesio y potasio).
El hierro que encontramos previene la anemia ferropénica, consiguiendo un buen rendimiento físico y el zinc nos ayuda a almacenar la insulina, es beneficioso para el sistema inmunitario y la cicatrización de heridas, ayuda a combatir la fatiga y es esencial en la síntesis de proteínas.
Destaca su contenido en vitaminas del grupo B, que permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (proteínas, hidratos de carbono y lípidos), intervienen en la formación de los glóbulos rojos, en el funcionamiento del sistema nervioso y además son necesarias para mantener una buena salud en los tejidos que componen nuestro cuerpo. Es recomendado tomar esta carne en periodos de embarazo o lactancia y también después de operaciones o durante periodo de convalecencia, ya que durante estos periodos se produce desgaste de estas vitaminas.
Si este plato lo acompañamos de un primero que complete el aporte de vitaminas, minerales y fibra, estaremos haciendo una dieta saludable.
Siempre debemos decantarnos por las carnes magras, que tienen menos grasas saturadas, menos colesterol y engordan menos que las carnes grasas, que son perjudiciales para la salud y que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol, triglicéridos…