Ingredientes
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atún 150 gr. 1 Filete pequeño 221.70 kcal. -
aguacate 75 gr. 1/2 Unidad pequeña 71.67 kcal. -
tomate 100 gr. 1 Pieza pequeña 17.85 kcal. -
limón 50 gr. 1 Pieza pequeña 13.28 kcal. -
aceite de oliva 6 gr. 2 Cucharadita de café 54.00 kcal. -
sal 2 gr. 1 Pellizco 0.00 kcal. -
semilla de sésamo 5 gr. 1/2 Cucharada sopera 28.30 kcal. -
jengibre molido 5 gr. 1 Cucharada de postre 18.03 kcal. -
salsa de soja 60 gr. 4 Cucharada sopera 33.55 kcal.
Preparación
1. En un bol añadimos soja, jengibre y una cucharada pequeña de aceite de oliva.
2. A continuación, cortamos el atún en dados pequeños y lo añadimos en el bol. Lo mezclamos todo bien.
3. Lo dejamos macerar unos 20 minutos aproximadamente.
4. Mientras tanto, cortamos el aguacate y el tomate a cuadraditos y le añadimos sal, un poco de zumo de limón y una cucharada pequeña de aceite de oliva.
5. Por último lo emplatamos en un molde. Ponemos una primera capa de aguacate y tomate, una segunda de atún y por último un poco de semilla de sésamo por encima.
Información adicional
Esta receta de tartar de atún y aguacate saludable está compuesto principalmente de atún, que es un pescado azul, que presenta proteínas de alto valor biológico y grasa rica en ácidos grasos omega-3, que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y hace la sangre más fluida, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
También nos aporta vitaminas hidrosolubles (sobresalen las vitaminas del grupo B), vitaminas liposolubles (sobresalen la vitamina A y D) y algunos minerales, destacando el fósforo y el magnesio. La vitamina A lleva el mantenimiento, el crecimiento y la reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo. Además, favorece la resistencia frente a las infecciones y es necesario para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. Por otro lado, la vitamina D favorece la absorción de calcio y su fijación a los huesos, además de regular el nivel de calcio en sangre.
Presenta un alto contenido en purina, que el organismo lo transforma en ácido úrico, siendo poco recomendado en aquellas personas que padecen de gota o hiperuricemia.