Ingredientes
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fresa y fresón 200 gr. 8 Unidad 68.48 kcal.
Preparación
Es importante preparar cualquier fruta antes de consumirla para garantizar una higiene, con el fin de eliminar residuos de fitosanitarios y los restos de tierra o posibles insectos que hayan quedado adheridos.
Para ello, se procederá a seguir unos pasos previos antes del lavado con el fin de evitar la contaminación cruzada y lograr que la conservación de las frutas sea lo más óptima posible.
Antes de nada, nos lavaremos bien las manos antes de manipular la fruta.
Seguidamente, lavaremos la fruta con agua corriente, siempre y cuando sea potable.
Se desaconseja el uso de sustancias que desinfectan o limpian las frutas, así como el uso de detergentes, pues estos pueden quedarse adheridos en la piel de las mismas y causar algún tipo de intoxicación.
Es recomendable lavar las frutas en el momento en que se vayan a consumir, y proceder a su secado mediante papel de cocina de un solo uso.
Las frutas que pertenecen al grupo de las bayas o frutos del bosque, merecen especial cuidado a la hora de manipularlas, pues son delicadas a los golpes y podrían deteriorarse (fresas, frambuesa, arándano).
Las frutas que son de consistencia más dura y que además tienen una piel comestible, deberemos lavarlas bien antes de consumirlas, ya sea con o sin piel (melocotón, manzana, pera).
Aquellas frutas que presentan una piel no comestible (aguacate, papaya, mango), las lavaremos bien de igual forma, para evitar contaminarlas una vez las pelemos.
Existen frutas más grandes con una piel o corteza mucho más resistente (piña, sandía, melón). Suelen tener más cantidad de suciedad, como tierra y polvo. Deberemos lavarlas igualmente antes de proceder a partirlos, y además, es recomendable usar un cuchillo distinto para partirlas y otro para trocearlas.
En definitiva, emplearemos un método de lavado, pelado y troceado, siempre asegurando unas medidas de higiene que permitan hacer seguro el consumo de las frutas.
Información adicional
Las fresas aportan muy pocas calorías a la dieta, pues su valor energético es bajo. El principal componente de esta fruta es el agua, seguido de los hidratos de carbono en forma de azúcares, como la fructosa y la glucosa.
Presentan un alto contenido en fibra que ayuda a mejorar el tránsito intestinal. También es rica en otros compuestos orgánicos. Es una gran fuente de vitamina C, con acción antioxidante y precursora de la producción de colágeno. El ácido cítrico, tiene una acción desinfectante y potencia la acción de la vitamina C en el organismo. Por otro lado, encontramos ácido salicílico, con efecto anticoagulante y antiinflamatorio, ácido málico y oxálico, potasio y vitamina E.
Además, presenta gran cantidad de antocianinas, un tipo de flavonoides con un poder antioxidante extraordinario, responsables de las tonalidades rojas, azules, moradas, de los vegetales en general. En concreto el pigmento de las fresas es de color rojo.
Este tipo de compuestos (antocianinas), previenen los catarros, gripes, resfriados, alergias e infecciones, por su acción antivírica en el organismo.
Por último, cabe destacar que la fresa y el fresón, contienen cantidades interesantes de ácido fólico y potasio.