Ingredientes

  • mango 350 gr. 1 Unidad 150.15 kcal.

Preparación

Es importante preparar cualquier fruta antes de consumirla para garantizar una higiene, con el fin de eliminar residuos de fitosanitarios y los restos de tierra o posibles insectos que hayan quedado adheridos.

Para ello, se procederá a seguir unos pasos previos antes del lavado con el fin de evitar la contaminación cruzada y lograr que la conservación de las frutas sea lo más óptima posible.
Antes de nada, nos lavaremos bien las manos antes de manipular la fruta.

Seguidamente, lavaremos la fruta con agua corriente, siempre y cuando sea potable.

Se desaconseja el uso de sustancias que desinfectan o limpian las frutas, así como el uso de detergentes, pues estos pueden quedarse adheridos en la piel de las mismas y causar algún tipo de intoxicación.

Es recomendable lavar las frutas en el momento en que se vayan a consumir, y proceder a su secado mediante papel de cocina de un solo uso.

Las frutas que pertenecen al grupo de las bayas o frutos del bosque, merecen especial cuidado a la hora de manipularlas, pues son delicadas a los golpes y podrían deteriorarse (fresas, frambuesa, arándano).

Las frutas que son de consistencia más dura y que además tienen una piel comestible, deberemos lavarlas bien antes de consumirlas, ya sea con o sin piel (melocotón, manzana, pera).

Aquellas frutas que presentan una piel no comestible (aguacate, papaya, mango), las lavaremos bien de igual forma, para evitar contaminarlas una vez las pelemos.

Existen frutas más grandes con una piel o corteza mucho más resistente (piña, sandía, melón). Suelen tener más cantidad de suciedad, como tierra y polvo. Deberemos lavarlas igualmente antes de proceder a partirlos, y además, es recomendable usar un cuchillo distinto para partirlas y otro para trocearlas.

En definitiva, emplearemos un método de lavado, pelado y troceado, siempre asegurando unas medidas de higiene que permitan hacer seguro el consumo de las frutas.

Información adicional

En el mango, su composición presenta un alto contenido en agua. Aporta una gran cantidad de hidratos de carbono, por lo que su valor energético (calorías) es elevado.

Entre sus minerales destacan el magnesio y en cuanto a vitaminas, es relevante la provitamina A (betacaroteno) y vitamina C.

Ingieriendo 200 g de la pulpa de mango cubrimos las necesidades de estas vitaminas en una persona sana y adulta.

El consumo está indicado para toda la población, por su valor nutricional y porque se trata de una fruta refrescante, dulce y de un consumo sencillo.

Las vitaminas con acción antioxidante que presenta, son especialmente recomendables para aquellas personas que tienen un mayor de riesgo de sufrir un déficit de las mismas.

Los antioxidantes contribuyen a reducir el riesgo de padecer múltiples enfermedades (patologías degenerativas, algunos tipos de cáncer e incluso enfermedades cardiovasculares).

Por otro lado, el contenido en vitamina C, aumenta la absorción del hierro presente en los alimentos, es por ello por lo que su consumo estaría indicado en caso de anemia ferropénica.

Además, el mango regula los niveles de glucosa en la sangre, contribuye a reducir los niveles de colesterol, posee un efecto saciante que es de gran utilidad en aquellas dietas de adelgazamiento o cuando existe sobrepeso y la gran cantidad de fibra, le proporciona un efecto laxante suave, que ayuda a mejorar el tránsito intestinal.