Ingredientes

Preparación

1. Cortamos la carne en trozos medianos, sazonamos con sal y pimienta y reservamos.

2. Limpiamos, pelamos y cortamos al gusto todas las verduras.

3. En una olla calentamos el aceite de oliva y agregamos la carne, le damos varias vueltas hasta que quede marcada. Retiramos y reservamos.

4. En el mismo aceite añadimos el ajo y la cebolla y removemos hasta que quede pochado.

5. Seguidamente añadimos el resto de verduras y removemos un poco.

6. A continuación, echamos la carne, el vino y rectificamos de sal y pimienta. Lo dejamos unos 10-15 minutos a fuego medio.

7. Cubrimos todo con el caldo de carne (que hemos calentado previamente) y lo guisamos a fuego lento durante 1 hora aproximadamente, hasta que la carne esté tierna.

8. Pasado ese tiempo ya tendremos listo este plato tan sabroso.

Información adicional

La carne magra de ternera es muy rica en proteínas de alto valor biológico y presenta poca grasa. También presenta propiedades nutricionales, aportando minerales (hierro, zinc, calcio, magnesio…) y vitaminas (A, del grupo B y E). Presenta un alto contenido en zinc, facilitando a nuestro organismo a asimilar y a almacenar la insulina. Este zinc ayuda en el proceso de crecimiento, es beneficioso para el sistema inmunitario, ayuda a metabolizar las proteínas y mejora la cicatrización de heridas. Su contenido en hierro previene la aparición de la anemia ferropénica.

Las verduras que hemos empleado para elaborar esta receta, no sólo van a enriquecer el plato con una buena cantidad de vitaminas, minerales, fibra y sustancias de acción antioxidante, sino que también van a aportar jugosidad a la carne.

Las patatas son energéticas, aportándonos hidratos de carbono complejos, siendo fundamental para el mantenimiento de los niveles de azúcar en sangre. Es rica en vitamina C, aumentando las defensas y potenciando la inmunidad de nuestro organismo. También presenta altos niveles de potasio, ayudando a controlar la hipertensión.

Siempre debemos decantarnos por las carnes magras, que tienen menos grasas saturadas, menos colesterol y engordan menos que las carnes grasas, que son perjudiciales para la salud y que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, colesterol, triglicéridos…